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A las madres ratonas, erizas, conejas, dragonas y humanas del mundo mundial

Si el amor es universal, el amor de madre está a otro nivel. Y, aunque, por ahora, el Día de la Madre no tiene establecida una fecha universal, en todos los rincones de la Tierra celebramos que madre solo hay una (aunque en algunas familias afortunadas, tienen incluso dos). No dudamos en otorgar a la nuestra el título de la mejor madre del mundo mundial o lo que en otras casas llaman la mejor madre de la historía histórica.


Hablando de Historia, nos remontamos a los orígenes de esta fiesta celebrada en los idus de marzo en toda Asia Menor, pues se conoce que sus raíces están en las Hilarias (las alegres) grecorromanas. En la Antigua Grecia ya se rendían honores a la Gran Madre de los Dioses, Rea, que, según la mitología, era madre de Zeus, Poseidón y Hades. También los romanos se unieron a la fiesta y en el templo de la Magna Mater, en el Monte Palatino, realizaban ofrendas a Cibeles durante tres días. Más tarde los católicos adoptaron esta celebración para honrar a la Virgen María, la madre de Jesucristo, y actualmente, según el santoral, el 8 de diciembre es la fiesta de la Inmaculada Concepción. En Inglaterra hacia el siglo XVII, se festejaban los Domingos de las Madres (Mother’s Sundays) en los que niñas y niños iban a misa y regresaban a sus hogares con regalos para sus progenitoras. La versión moderna y más extendida de la fiesta del Día de la Madre se cultivó en 1870 gracias a Julia Ward Howe, poeta americana, pacifista y activista en pro del sufragio para la mujer. Años después, Anna Jarvis, en conmemoración a la muerte de su madre, logró que fuera una celebración oficial en Estados Unidos, allá por 1914.


A las Malas Compañías nos gustan los rincones algo difíciles de encontrar, y tenemos la suerte de viajar a través de proyectos y cuentos del mundo entero, cuentos que luego os hacemos llegar, cuentos en los que, por supuesto, hay madres, madres de todo el mundo. A través de nuestros libros te queremos llevar de terrenos africanos a escandinavos para conocer fiestas en las que los humanos tenemos en común que reservamos un tiempo especial para disfrutar enalteciendo la figura de la madre; sin importar ni dónde, ni cómo, ni cuándo. Y aunque tenemos muy claro que en España esta fecha es el primer domingo de mayo y este año cae en 3 (acuérdate, ¡por tu madre!), esto solo ocurre desde 1965, pues anteriormente se celebraba el 8 de diciembre. Y al igual que mayo es el mes de las flores, podríamos decir que es también el mes de las madres, puesto que la gran mayoría de los países de la Tierra celebran durante este mes el gran día. ¡Pero no en todos! Empezamos el viaje...


Los primeros del año en celebrar el Día de la Madre son los noruegos, para quienes el Morsdag tiene lugar el segundo domingo de febrero. También durante la estación de invierno lo celebran en el Sahara Occidental, que, gracias a la Unión Nacional de Mujeres Saharauis, cada año el 18 de febrero festejan nada más y nada menos que el Día Nacional de la Madre Saharaui, este día coincide con el aniversario de los bombardeos de la aviación marroquí de 1976 que asesinaron a hijas e hijos del pueblo saharaui.

Del invierno pasamos a la primavera, con sus flores que huelen más a mayo, pues es precisamente el equinoccio de Primavera cuando celebran el Día de las Madres en varios países árabes. Este año, el 21 de marzo la Empresa Estatal de Correos de Siria ha emitido un sello postal conmemorativo por este especial día rindiendo homenaje a las madres de los mártires, pues la imagen del sello es la madre de seis hermanos mártires de guerra.


Cierto es que la mayoría de países celebran este día el segundo domingo de mayo, si bien otros tienen fijado un número de día concreto. Y a través de la Serie Negra de Libros de las Malas Compañías pensamos en las madres negras de los colombianos del Chocó y en los negro de México que tienen su día el 10 de mayo, y las de Paraguay el 15. En la República de Mozambique, como en gran parte de países, el Día de la Madre se celebra el segundo domingo del mes de mayo y así lo hace también la gente albina. En Senegal, el último domingo de mayo es la conocida Fête des mères, y es en la Baja Casamance donde viven los niños talibés y las mujeres que cosen con nosotras los cuentos de tela en Kolda. Comparten esta fecha también como oficial, salvo que coincida con el día de Pentecostés, en el Sur de Camerún, donde habitan los Pigmeos Baka.


Está claro que, en cualquier rinconcito del mundo, hay un día especial para rendir homenaje y mostrar gratitud a ese ser tan querido que llamamos mamá. Pero resulta que no solo las madres humanas por todos los rincones del mundo dan amor, también las madres ratonas. Y aquí esta la prueba...

"De la cocina le llegó un aroma delicioso a bizcocho recién hecho. Entonces, escuchó la voz de su madre, que le decía:

–¿Ya estás en casa, mi rey?

–Pero ¿cómo? –preguntó el pequeño ratón–. ¿Yo también soy rey?

–¡Claro! –respondió mamá ratona–. ¡Tú eres el rey de esta casa!

Y le dio un soberano abrazo…

Aquella tarde, con mucha majestad, el pequeño ratón se sentó en el regazo de su madre a comer bizcocho y a leer cuentos de miedo en un libro de gatos."

Este fragmento es de El ratón que quería un palacio, escrito por Charo Pita e ilustrado por Miguel Ángel Díez. Es un cuento que ofrece dos regalos: la sabia enseñanza de que para ser un rey, uno no necesita un palacio y... ¡la receta del bizcocho de mamá ratona!


Ya está a la vuelta de la esquina nuestro Día de la Madre, que siendo domingo y pasándolo en casa es, sin duda, un fantástico día para “ponerse manos a la masa” y hacer un rico bizcocho. Y, si necesitas una receta especial, te invitamos a que pruebes la receta del bizcocho buenísimo de mamá ratona que podréis encontrar en nuestro libro.


El amor de madre no entiende ni de días, ni de épocas históricas, ni de religiones, ni de tribus, ni de países... Ni siquiera de especies animales. Así que, maravillosas madres erizas, dragonas, conejas, ratonas y también humanas de cualquier esquinita del mundo mundial, desde Libros de Malas Compañías os deseamos un feliz día... ¡con amor y un bizcocho!


Victoria Pellegero Terán

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